Hace unos días los medios de comunicación de todo el planeta se hacían eco de una noticia ideal para “clickbait”: la CNN había emitido por despiste 30 minutos de porno justo después del horario de máxima audiencia. La alerta surgió de un tweet del usuario @solikearose y corrió como la pólvora porque era un filón de visitas para cualquier medio que lo publicara. Tenía morbo, tenía un error humano, tenia algo de humor y por supuesto tenía curiosidad. Tenía de todo menos una cosa, veracidad.
Nadie en The Independent ( el primero en publicarlo) Mashable, The New York Post, The Daily Mail, Esquire o Variety tuvo la idea de comprobar el hecho o la fuente. Una vez publicado por estos medios de cierta credibilidad, la bola de nieve no hizo más que crecer sin que nadie se molestase en llamar a la CNN para comprobar la noticia.
Incluso la propia CNN se lo creyó y llamó a su filial de Bostón, la RCN para pedir explicaciones. Justo cuando empezó a tirarse del hilo, la cuenta de twitter que inició la noticia paso a modo privado. Así pues, esta inexistente emisión porno de la CNN ha demostrado la imparable fuerza de difusión de noticias falsas en internet y eso supone un peligro para todos.
La obsesión de los medios por ganar visitas a sus noticias a cualquier precio está llevando a una gigantesca crisis de veracidad y fiabilidad. Esta no es la primera vez, ni será la última, que una notica falsa aparece en internet. Incluso Facebook ha estado recientemente bajo la sospecha de publicar noticias falsas sobre las elecciones de EE.UU. La cuestión subyacente es hasta donde tienen culpa los medios de haber llegado a esta situación.